Lamer el Pan (Columna 7)

Perdón si hiero algunas susceptibilidades con la expresión que puede resultar asquerosa y hasta falta de respeto. 

Esta acción singular era común en mis tiempos de colegio y se veía hacerla sin importar la clase social. En los recreos algunos llevaban su colación (a quienes les alcanzaba ya que eran tiempos difíciles los años 80, con un nivel de pobreza cercana al 40%). Los que no podían llevar o simplemente se les olvidaba, solían pedir un trozo a aquellos que si… y era entonces donde venia esta acción especial. Para no compartir, solían pasarle la lengua al pan o colación que llevaban, así, gracias al asco que esto producía, dejaban de insistir en las suplicas. 

Si bien pudiera parecer algo de niños y hasta gracioso, dependiendo como se mire, en el fondo demuestra ese sentido animal que tenemos de “proteger” lo que consideramos nuestro y no queremos compartir…. Y ante la falta de argumentos racionales y/o humanos para negarse o validar esta postura de posición egoísta, es que se recurre a actos que invaliden ese bien para los demás y así deje de ser deseado. 

De ahí que cuando desvalidamos a una mujer mapuche y sus logros intelectuales, academicos y sociales…. Estamos “lamiendo el pan”. No queremos compartir ese privilegio que está dado culturalmente al huinca, al patrón de fundo, a la gente de bien, a “los verdaderos chilenos”. 

Cuando los cargos públicos y políticos se reparten entre los mismos de siempre…estamos lamiendo el pan. 

Cuando cuestionamos a alguien que consigue logros sin tener un título universitario…estamos lamiendo el pan. 

Cuando preferimos el retail al emprendeor…estamos lamiendo el pan. 

Pero también nos lamen el pan, cuando nos quitan la tranquilidad con estrategias del miedo, cuando abusan de los recursos naturales, cuando nos suben los precios a su mero antojo, cuando las leyes se hacen para que los de siempre sean mas ricos y tal vez la lamida mas asqurosa de todas… cuando nuestro adversario gana una elección, le quitamos la sal y el agua, obstruimos cualquier cosa que signifique un avance para que a este adversario le vaya mal, sin importar que a gente salga perjudicada en ello. 

Lamemos el pan cuando el otro va ganando el partido…y el dueño de la pelota se la lleva. 

Post data: Todos sabemos quienes son “los dueños de la pelota” en Chile y sabemos que cada cierto tiempo se la llevan… y que, de seguro en el colegio, eran los que lamían el pan. 

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